Sólo poniéndose en la piel de un perro, pensó Gladwell, podría destapar los secretos de César Millán, el "encantador de perros", capaz de calmar al animal más inquieto o enfurecido con un simple gesto. El ensayo que da título a este libro es un divertido y eficaz ejemplo del método gladwelliano, consistente en "mirar el problema con ojos ajenos".