Doyle no sólo creó un prototipo de detective que se convirtió en el símbolo inequívoco de todo un género literario que posteriormente sería tan imitado, sino que fue mucho más allá. Lo que para este amante de la música y el violín parece mera intuición, siempre es el brillante resultado de un largo y exhaustivo proceso deductivo, basado en una extraordinaria capacidad de observación, que deja deslumbrado hasta al observador más avispado. Es capaz de ver con claridad lo que permanece oculto a los demás. El éxito de Sherlock Holmes fue excepcional y el público comenzó a demandar nuevas historias del prestigioso investigador. Su primer relato corto con Holmes como protagonista apareció en la revista Strand Magazine bajo el título de Un escándalo en Bohemia. Al éxito también contribuyeron los dibujos de Sidney Page, cuyas ilustraciones también les ofrecemos en esta cuidada versión de la obra. Las doce primeras historias aparecieron editadas en 1892 en un solo volumen bajo el título de Las aventuras de Sherlock Holmes.