Lacrónica sería un “grandes éxitos” de Caparrós, una compilación de sus mejores crónicas, si no fuera porque allí, además, el autor cuenta su historia en el periodismo y reflexiona sobre cómo escribe lo que escribe, cómo piensa lo que piensa, cómo se hace lo que hace. Entre recuerdos de su primer jefe, Rodolfo Walsh, y de su último maestro, Tomás Eloy Martínez, Caparrós da una lección de escritura de la no ficción que las facultades de periodismo de España y América Latina ahora emplean para enseñar esta materia.
Todo lo que usted siempre —o nunca— quiso saber sobre Lacrónica, ese extraño género del periodismo que empezó a poner por escrito nuestro continente y tiene el don de permitirse la duda, brilla en esta obra que, casi sin querer, se volvió ineludible.