Aprovechando el tiempo libre que ofrecen las vacaciones veraniegas, y acabado el libro de Kuhn, he leído La teoría del todo*, del de sobra conocido Stephen W Hawking. No es el primer libro que leo de este autor; hace años que corre por mi casa El universo en una cáscara de nuez, el cual he ido leyendo a trozos a lo largo del tiempo. He de decir que ambos son muy parecidos, si bien La teoría del todo no está acompañado de las preciosas imágenes incluidas en El universo en una cáscara de nuez ni es tan completo, debido a que es la transcripción de una serie de conferencias pronunciadas por Hawking el 1996. Pero las ideas son prácticamente las mismas. En todo caso, al provenir de una conferencia, son expuestas de una forma muy breve, clara y totalmente cualitativa, ya que no hay ni una fórmula, cosa que no me ha gustado demasiado, aunque si incluyera algunas ya no sería un libro tan ligero de digerir.
El libro está estructurado en 7 capítulos, cada uno correspondiente a una conferencia. Durante el desarrollo de éstos Hawking nos habla de la evolución de la cosmología hasta nuestros días, prestando especial atención a los agujeros negros, y discutiendo las implicaciones de las dos grandes teorías del siglo pasado (relatividad general y mecánica cuántica) en nuestra comprensión del universo. En repetidas ocasiones hace referencia al hecho que según la teoría de la relatividad general, en el big bang se dio una singularidad, y propone la teoría de la gravitación cuántica como un modo de evitarla, lo cual implicaría que el universo es “finito pero sin fronteras”.
Las dos últimas conferencias son para mí las más interesantes. En la penúltima el autor habla de la direccionalidad del tiempo, y de porqué podemos distinguir el futuro del pasado a pesar de que las leyes de la física son simétricas respecto al tiempo. En el último capítulo se introducen las ideas básicas de la teoría de cuerdas y se discute la viabilidad de esta teoría para explicar el funcionamiento del universo.
Es interesante las diversas veces que Hawking hace referencia a Dios en este libro, en cierto sentido presuponiendo su existencia, si bien no creo que se refiera al Dios cristiano, aunque tampoco me ha quedado muy claro este último aspecto.
En conclusión, este es un buen libro para hacerte una idea de la situación actual de la cosmología y las principales corrientes teóricas para abordar los problemas que tal disciplina plantea. Y todo complementado con el ácido sentido del humor de Hawking. Eso sí, que nadie espere encontrar algo más que un libro divulgativo.