Dentro de la apasionante (y terrorífica) literatura de Howard Phillips Lovecraft, hay un relato largo, o novela corta, que posee todos los ingredientes para enganchar al lector: una ambientación sublime, personajes atrayentes, una narración cargada de simbolismo y dinamismo, argumento contundente y un sutil misterio que lo rodea todo y que te atrapa hasta su resolución final. Ese relato es La sombra sobre Innsmouth, una de las mejores creaciones de este genio estadounidense y una verdadera obra maestra de la literatura de ciencia ficción de todos los tiempos. Innsmouth es un extraño pueblo rodeado de secretos y habitantes, cuando menos, pintorescos: grandes ojos saltones, de mirada fija, que no parecen parpadear nunca… Hasta ese lugar llega, casi por casualidad, nuestro protagonista y narrador, un joven que viaja por Nueva Inglaterra, para descubrir con horror y estupefacción que los nativos son descendientes directos de Los Profundos, unas criaturas aterradoras mitad humanas, mitad pez, que viven en el mar, muy posiblemente en el cercano Arrecife del Diablo.