Si la doctrina de los derechos humanos se ha convertido en la única referencia legítima para ordenar el mundo humano y guiar la vida social e individual, la ley natural ?observa el autor? ?se caracteriza por haber sido desacreditada de manera radical por la filosofía moderna y por ser hoy objeto de desprecio unánime por parte de la opinión ilustrada?, de manera que ha quedado excluida del debate público por su presunto arcaísmo y porque constituiría un obstáculo para el reconocimiento y la puesta en práctica de los derechos humanos. Expulsada al pasado o confinada a una tradición única y singular, aunque venerable, hoy está ausente de los debates morales y políticos en los que en otros tiempos tuvo un papel central. Como resultado, la ley política no tiene otra razón de ser que garantizar los derechos humanos, cada vez más amplios. La ley ya no ordena, ya no dirige, ya no orienta: autoriza; ya no protege la vida de las instituciones ?ya sea la nación, la familia, la universidad?, sino que otorga a todos los individuos un permiso incondicional para acceder a ella.A lo largo de las seis conferencias que componen este libro ?dictadas en la prestigiosa cátedra Étienne Gilson del Institute catholique de París en 2017?, Pierre Manent analiza el lugar que ocupa hoy la noción de ley natural, su constante desplazamiento por la concepción moderna de los derechos humanos y cómo esta perspectiva entrega los elementos constitutivos de la vida humana a una crítica arbitraria e ilimitada, que priva a la vida individual y social de todos los criterios de evaluación.