La aparición de un cerebro virtual externo o tercer cerebro, que funciona a través de estímulos estéticos del entorno y de nosotros mismos, hizo posible el salto de primate a ser humano y la humanización progresiva de la inteligencia. Luego, esta vivencia estética, hizo que desarrolláramos la conciencia de nosotros mismos y nos identificáramos con los otros. Fue un momento cumbre para la humanidad; era el nacimiento de la empatía; la percepción sensológica de sentirse a uno mismo en el otro. Así nos hemos ido desarrollando entre avances y retrocesos, como el que ha significado la herencia del siglo XVIII o siglo de las luces. La ciencia y la razón han hecho avanzar económica e intelectualmente a la humanidad, pero el desenfreno de esta razón y la falta de desarrollo de la inteligencia sensológica, nos está llevando a un caos climático y humanístico. Tenemos que darnos cuenta de que con esta dinámica de vida (que ahora nos parece razonable) nuestro cerebro va a medio gas por falta de desarrollar su parte silenciosa o sensológica, que no sabe hablar, pero que es la que sabe sentir, empatizar, amar y crear. La inteligencia sensológica, a través de los setenta sensojuegos que se incluyen en el libro, te ayudará a conectarte con tu esencia y te dará herramientas para que te encuentres contigo mismo, con los demás, con tu entorno y enriquezcas tu inteligencia, para tener una vida más plena, libre y creativa.