Todo lo que hay en el universo es energía. Y la energía, en su forma más elevada -cuando las frecuencias a las que vibra son más rápidas-, es el espíritu. Si la energía en sus frecuencias más bajas y más materiales es la causa de los problemas, las altas frecuencias espirituales son su solución: si logras acceder a ellas, lo cual está al alcance de todos, habrás comprendido que el espíritu es aquello que te hace formar parte de la esencia divina, que ése es tu destino y que los problemas no son más que ilusiones que crea tu mente.
La fuerza del espíritu no sólo te convence de la necesidad de descubrir tu verdadero yo a través del espíritu, para así vivir conforme a la armonía y a la felicidad; también explica los pasos que hay que dar para lograrlo: el reconocimiento, la percepción y la reverencia.