Descrita de forma humana y sencilla La buena tierra, condecorada con el Premio Pulitzer de 1932 y transcrita a 20 idiomas, recrea la inolvidable estampa de China a través de la detallada historia de una familia de labriegos.
Asiendo a la tierra como su principal protagonista, la autora narra la tremebunda indigencia por la que atraviesan los personajes, siendo ésta la razón de su emigración y desarraigo.