Muchas cosas se han dicho sobre Clara, pero algo es indudable: es perfecta. No es posible encontrarle un defecto. Además, a sus 15 años parece tener la vida resuelta. Sin embargo, todo cambia con la muerte de su padre y la aparición de un hermano a quien no conocía.
Clara deberá replantear sus relaciones: con su madre, sus amigas y su novio y, en el camino, dudará de todo lo que creía conoccer. Serán su abuela, sus nuevas amistades y su nuevo hermano quienes la acompañarán en este proceso de reconstrucción personal. Quizás pierda perfección en el camino, pero ganará claridad.