"Iba manejando mi Opel, pensando obsesivamente en Cien años de soledad, cuando de pronto tuve la primera frase. La primera vez que me vino la frase le faltarían uno o dos adjetivos; la redondeé: cuando llegué a Acapulco la tenía completita de tanto que la había madurado entre curva y recta; me senté, la anoté y tuve la certidumbre ya irrevocable de que tenía la novela."