Gilbert Keith Chesterton se distingue por su especial y agudo sentido del “humour”, la originalidad de sus argumentos y la bravura polémica. En El hombre que fue Jueves se encuentran condensadas las mejores características de su autor. Se trata de una novela policial, mejor dicho policíaco-metafísica. El perseguidor y el perseguido cobran, a través de sabrosísimos episodios, una significación inesperada hasta convertirse en principios eternos del Universo, revestidos por el ropaje literario del mejor humor inglés.