Un duelo poco ortodoxo. La primera novela de una jubilada. Una joven reivindicativa. El aquí y el ayer que se fusionan. Un relato contado a tres voces. Una relación amorosa que surge inesperada. Una historia que habla de mí y de ti. Porque no hay nada más naturalmente humano que contarse y recontarse historias. Historias que se cruzan. Historias que nos interpelan. Historias que nos condicionan. Historias que nos definen. Historias inverosímiles, mezcladas, perdidas... Esta novela nos sumerge en las vidas de Mariana y sus ancestras a través de sus encuentros con la narradora, que transcribe como si de un experimento literario se tratara, los relatos que le cuentan Andrea y su abuela. Al mismo tiempo y en paralelo conocemos la vida y circunstancias de la autora que escribe y que nos comparte sus dudas y dilemas como creadora. La realidad de la autora y las historias que escucha se entremezclan. Y en este recorrido nos damos cuenta de cómo la frontera entre el aquí y el allá, entre el pasado y el futuro, entre la vida interna y la vida externa, es una línea difusa o inexistente. ¿Será que realidad y ficción son lo mismo? Porque al final, todas y todos formamos parte de una misma historia contada por un coro compuesto por millones voces. La historia se repite en un bucle que no gira sobre sí mismo si no que, a la vez que gira, se desplaza sin rumbo predeterminado.