El pensamiento de Michel Foucault desorienta pues no deja de renovar sus opciones metodológicas, sus campos de investigación y sus herramientas conceptuales. ¿Qué sucede entonces cuando se toma como guía esa aparente discontinuidad de temas, enfoques e instrumentos? ¿Qué sucede cuando se apuesta a leer, tras la dispersión investigativa, un verdadero pensamiento de lo discontinuo, un trabajo filosófico riguroso y permanentemente reiniciado sobre la exigencia del pensamiento y la problematización de la actualidad?