Verano de 2009. El FBI detiene a Sergey Aleynikov, un ex trabajador de Goldman Sachs acusado de robar el código fuente de su antigua empresa. A Aleynikov, programador de operaciones comerciales de alta frecuencia, se le niega la libertad bajo fianza alegando que, de caer en malas manos, el código robado puede usarse para manipular los mercados de forma injusta.