Hace 2 años, en una visita a Guatemala conocí a José “Pepo” Toledo; mecánico, economista, periodista y artista reconocido internacionalmente que sin ser un maestro o erudito de la palabra ha sido tomado y utilizado por el Señor en un proceso de investigación en todo lo que tiene que ver con el Espíritu de Dios, con el objetivo de desarraigar raíces, costumbres, ritos, tradiciones, religiosidades de la creencia judeo-cristiana. Lo que llamó poderosamente la atención de él, fue su profundo sentido de respeto hacia las personas que representan autoridad espiritual, acogidas en medio de su familia, en su preciosa casa. Cuando me refiero al profundo sentido, incluyo la impresionante lucidez para atender y entender los temas espirituales, conversación común entre los siervos y ministros reunidos alrededor de su mesa. Pepo, es un hijo de Dios, con 13 años de confesar a Cristo como su Señor. Sin embargo, durante la mayor parte de su vida cristiana, al igual que el apóstol Pablo, cuestionó aquellos aspectos religiosos y tradicionales del cristianismo evangélico, que no le permitían vivir de acuerdo a lo que la palabra establecía. Esa inquietud interior obtuvo una respuesta divina: fue tocado por el Espíritu de Dios, el cual lo llevó a la maravillosa búsqueda de la verdad bíblica y la identificación de aquellos aspectos que de una u otra manera negaban en sí mismos la verdad revelada de Dios. Al igual que al Apóstol Pablo que fue derribado de su caballo y tomado para el Señor, en poco tiempo, Pepo ha sido guiado por el Espíritu a esta labor investigativa. Es en este proceso de investigación que ha podido identificar errores de transcripción y de interpretación de la palabra de Dios lo cual hace evidente en su obra: ¿Espíritu de Dios o Espíritu Santo? Me regocijo de estar entre los amigos de Pepo y ser uno de los muchos con quien ha compartido tiempos de charlas intensas y edificantes relacionadas con la operación del reino de Dios, en estos tiempos de juntos ir descubriendo estas verdades que nos presenta en esta obra. Gracias Pepo, por ser obediente al llamado y a la dirección de Dios para traer revelación en estas épocas de confusión de las iglesias. Con este estudio traerás redireccionamiento al reino. Si de algo estoy seguro; es que después de que usted amigo lector, lea esta obra, su percepción de lo que es y lo que hace el Espíritu de Dios en su vida, cambiará. Adorará junto con los santos al único e inigualable Dios y descubrirá que solamente él y su hijo Jesucristo son dignos de recibir la alabanza, la gloria, la honra y el poder.
