Los Ensayos de Montaigne, publicados en 1580, reimpresos y aumentados en 1582, 1588 y póstumamente en 1595, son una obra miscelánea en la cual tienen cabida las más diversas reflexiones sobre lecturas y sobre su propia experiencia personal, enriquecida por sus largos viajes. Montaigne fue un escritor barroco en el sentido de que no es posible encontrar en sus escritos un propósito lineal ni un objetivo definido. En los Ensayos, el autor anota sus opiniones y reflexiones sobre el hombre, el pensamiento, la moral, la vida y la muerte sin seguir un guión ni un esquema, agrupadas en capítulos muy genéricos. Su primera intención fue escribir una obra filosófica, heredera de los clásicos latinos, pero a medida que va engrosándose su experiencia personal, y después de las abundantes variaciones y ampliaciones, va derivando hacia una verdadera preparación para el bien morir. Pensar la muerte posibilita nuestra libertad y la reflexión dota a la libertad de saber.