La característica primordial del estilo de Ernest Hemingway, ilustre representante de la literatura norteamericana, es la sencillez, fruto de una paciente y cuidadosa elaboración. El viejo y el mar, narración con vago simbolismo y espléndida prosa, revela a Hemingway como un autor lleno de vitalidad y de maestría estilística. Es esta una historia marinera, ahíta de verdad, brillante con todos los colores del mar, y, al mismo tiempo, una parábola de los afanes humanos, del fracaso y de la grandeza en el padecer; una parábola de líneas severas e inspiradas, vigorosas, que nos comunica en el más escueto de los estilos el efecto catártico y elevador de la antigua tragedia.