Dos son las motivaciones que animaron este libro de Romeo Muñoz Cruz: la ética filosófica como instrumento que persigue el esclarecimiento esencial del bien y el mal; y la dedicación al estudio del más difamado escritor de filosofía ética: Federico Nietzsche. Se enfrenta una contradicción: es un filósofo popular y sin duda el menos estudiado de la historia. Estereotipado como racista (antisemita, pan-germánico), nacionalista radical (fascista, elitista), misógino (machista), hereje (ateo, pagano), fanático y loco. Esta deformación ha sido promovida por sectarismos religiosos y políticos, que se han aprovechado de la depredación de los escritos de Nietzsche promovidos por su propia hermana Elizabeth Nietzsche, quien después de su muerte politizó fanáticamente las ideas magnas de Nietzsche. También el propio Nietzsche como un escritor descuidado dio margen a que la gran producción de sus ideas desordenadas se interpretasen mal. El conocimiento del bien y del mal es el más valioso de todos los conocimientos, equivale a la infalibilidad y por lo tanto a la perfección. La humanidad se desarrolla magnetizada por las fuerzas imperceptibles que ejercen estos conceptos. Es la serpiente la tentadora necesidad del espíritu humano que se empeña en el conocimiento divino del bien y del mal.
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