Dentro de la galería de personajes inolvidables que pueblan el abundante legado literario de Arthur Conan Doyle (1859-1930) y entre los que ocupa un lugar de preferencia el mítico Sherlock Holmes, en el ámbito de la novela de aventuras «científica» no le va a la zaga en atractivo el peculiar profesor Challenger, prototipo del científico heterodoxo, audaz y beligerante, que protagoniza «El mundo perdido». Publicada en 1912, la novela, perfectamente estructurada en torno a la rivalidad de éste con el profesor Summerlee -representante de la ortodoxia-, llena de golpes inesperados y resuelta con un memorable final, relata las apasionantes vicisitudes de un grupo de científicos que se embarcan en una azarosa expedición destinada a comprobar la existencia de especies prehistóricas en la remota tierra de Maple White.