El abuelo dice que los ojos son dos ventanas para asomarse al mundo.
Yo me asomo y señalo cada cosa que veo. Siempre hay alguien que me dice lo que es.
El abuelo invita a nuestro protagonista al juego de abrir los ojos para tomar consciencia del mundo del que forma parte. El pequeño no tiene más que señalar con el dedo para comenzar su aprendizaje.
A través del sentido de la vista iniciará un viaje con el que tomará contacto con los colores y las formas.