María ama los sombreros, pero no tiene dinero para comprarlos. Con tristeza, sueña con los encantadores modelos que venden en la ciudad. Entonces, el dueño de la tienda de sombreros le muestra a María una caja, la cual contiene el sombrero más fino y hermoso que ha fabricado, y la desafía a imaginárselo. Si logra imaginarlo se lo dará. La niña acepta el reto…