Una novela que es a la vez un vivísimo retrato del Valladolid de la época de Carlos V, de sus gentes, sus costumbres y sus paisajes, a través de las peripecias vitales y espirituales de Cipriano Salcedo, un simpatizante de las corrientes protestantes que, de manera clandestina, empezaban a introducirse en la Península. Una novela inolvidable sobre las pasiones y los resortes que las mueven.