Desde su invención la fotografía resultó un medio adecuado para dar cuenta de los grandes sucesos del mundo.
Esta obra describe la historia del uso de la imagen con fines documentales y analiza en particular cómo se articula con el progreso de las técnicas de impresión permitiendo asociar imágenes y textos.
El autor demuestra sin embargo que el pasaje de la fotografía documental al fotoperiodismo se realizó lentamente y en forma tardía, después de la Primera Guerra Mundial.
Asi, de simple ilustración, la fotografía se convirtió en verdadero testimonio y representa la visión de un hombre: el reportero gráfico.
Las agencias de prensa, confrontadas hoy a la multiplicación de las imágenes televisivas, atraviesan una crisis y la profesión de reportero gráfico se ve obligada a adaptarse a las nuevas tecnologías de difusión de la imagen.