Las piras an? humean tras la batalla por Coviacum, y el viento esparce las cenizas que recuerdan la derrota visigoda. Con el rey Teodorico ya en la Galia, el tablero de juego de las provincias hispanas deber `reordenarse una vez ms`, ya libre de la injerencia de fuerzas externas.Con su venganza ya consumada, para Attax y sus compaeros es tiempo de regresar a Lucus para hacer honor a la palabra dada y tratar de restaar las heridas sufridas