Después de «Ser y tiempo», Martin Heidegger encontró en los griegos la inspiración de
su «camino del pensar». No solo rememoraba así la vuelta a Grecia de un Friedrich Höl-
derlin, sino que adoptaba el gesto radical de Friedrich Nietzsche, quien buscó recuperar la
filosofía trágica de los griegos anterior a Sócrates. En los presocráticos verá también Hei-
degger esa alba de la filosofía cuya comprensión del mundo y del lenguaje fue olvidada por
la metafísica occidental. Las lecciones aquí editadas fueron impartidas en el semestre de
verano de 1932. En ellas, al hilo de los fragmentos, se da una interpretación de dos de los
pensadores presocráticos más significativos en «el comienzo de la filosofía occidental».
La célebre «Sentencia de Anaximandro» y el no menos famoso «Poema de Parménides»
son textos fundacionales del discurso filosófico en los que ocupan un lugar central, por
primera vez, nociones como Justicia, Verdad o Ser.