Florestan Fernandes y la sociología son como dos caras de la misma moneda. El sociólogo trabajó arduamente en pro de la construcción de la sociología moderna en el Brasil, y la sociología le otorgó reconocimiento y proyección a su existencia. Ninguno de los dos habría sido el mismo sin la presencia del otro, e incluso parecería que ambos estaban mutuamente predestinados. No en vano en 2005, a 10 años de su muerte, su nombre fue designado para convertirse en el patrono de la sociología en Brasil. De hecho, Fernandes dejó más de 40 libros publicados sobre los más diversos temas, muchos de los cuales son considerados clásicos de la sociología. De esta inmensa obra ya se ha dicho que es fundadora de una nueva interpretación de Brasil, creadora de una comprensión brasileña de la sociología, constructora de una perspectiva de análisis específicamente sociológica, creadora de un lenguaje comprometido con el rigor teórico y metodológico, y que “sin hacer referencia a su obra es imposible entender el Brasil contemporáneo con la misma agudeza y precisión”. Como hacen los fundadores, Fernandes inventó una matriz de interpretación, fundó un estilo de trabajo y ejerció su oficio como una vocación o, incluso, como una misión. Con la generosidad de los sabios, Antonio Candido, su gran amigo, afirmó que la integridad extraordinaria y la conciencia intelectual y política hacen de Fernandes “el hombre más eminente de mi generación”.