Crecer cuesta. La transformación del cuerpo, los cambios en el vínculo con los adultos referentes, las interminables exploraciones, las transgresiones, la inestabilidad emocional, las dificultades en la comunicación, las discusiones, la inmersión en las pantallas, el inicio de la vida sexual, el consumo de alcohol y otras sustancias, los riesgos, la construcción de su identidad, la búsqueda de un sentido. La adolescencia es un camino empinado, repleto de desafíos: mejor que resistir, paralizarnos o huir, es aprender a funcionar como guías sensibles.