La gran virtud de este autor, premio Nobel de Literatura en 1962, radica en su registro diáfano, que parece prescindir de toda opinión debida al autor. Pero esa proximidad a los personajes origina una atmósfera cargada de significaciones.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información