Bibi Rubio con su libro Cuentos, ha soñado y entregado sus memorias, ha tocado la vida en una forma festiva, con temas y personajes que evocan alegrías, pero también las vicisitudes de la cotidianidad. En ellos reconocemos fácilmente a nuestro país con su gente vario pinta, su peculiar forma de hablar, sus camionetas de parrilla, su paisaje incomparable.
La autora nos entrega su primera obra narrativa, y con ella, una visión optimista de Guatemala y un canto de amor a la vida. Amante, y buena conocedora de la pintura, su paleta es colorida, vibrante, alejada de lo sombrío, y sus descripciones nos ofrecen una pintura animada por su espíritu inquieto y curioso, vital.
Apelando a nuestros sentidos y nuestra memoria, Bibi nos trae aromas y colores, nos lleva por caminos polvorientos, nos hace asomarnos a las viejas pilas de las casonas antiguas para escuchar el ruido del agua, y nos muestra otro rostro de la patria, uno más amable, que a todos en alguna forma nos brinda un hálito de esperanza.
Como todo libro publicado, éste ya no pertenece a la escritora, ya es de los otros, de los demás, de nosotros. Hago míos los versos de Verlaine que me parecen en este momento, los más indicados:
Ahora, vete, Libro mío, a donde el azar te lleve.