CRIMINAL : ÁNGELES BELLOS, BÁRBAROS TATUADOS : EL TATUAJE EN ESPAÑA : 1888-1993

CRIMINAL : ÁNGELES BELLOS, BÁRBAROS TATUADOS : EL TATUAJE EN ESPAÑA : 1888-1993 (Libro en papel)

Q. 280
IVA incluido
Disponibilidad inmediata
Editorial:
LA FELGUERA
Materia
Artes
ISBN:
978-84-124669-3-5
Páginas:
260
Q. 280
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Hubo un tiempo, no hace mucho, en que el tatuaje estaba reservado a una tropa formada por criminales, apaches, presidiarios, legionarios, prostitutas, anarquistas o marineros. Aunque también se puso de moda entre la realeza europea o exhibía en circos y espectáculos de fenómenos. Su uso, un código secreto en manos de fueras de la ley, despertó la fascinación e interés de numerosos antropólogos, criminólogos y médicos que, siguiendo las ideas del italiano Cesare Lombroso -padre de la antropología criminal-, veían en el tatuaje un signo de atavismo y predisposición a la locura, violencia y asesinato, y los tatuados rarezas y seres misteriosos. En España, desde que en 1888 Rafael Salillas, nuestro 'pequeño Lombroso', mostrase su colección de tatuajes de delincuentes patrios, los tatuados, que fueron fotografiados y estudiados, sembraron el terror y desconcierto: oleadas de apaches con el cuerpo cubierto de dibujos obscenos y llamadas a la venganza, llegaban a ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao, entre otras, al tiempo que defendían la bohemia más hampona. Más tarde, milicianos y falangistas ocultaban -o directamente se arrancaban- aquellas marcas delatoras (hoces y martillos, yugos y flechas y brazos y pechos) que podían costarles la vida y los legionarios -una auténtica subcultura tatuada- cubrían sus pieles con cruces, vírgenes y nombres de sus amadas. También quinquis, pandilleros, motoristas y rockers fueron pioneros en mostrar aquellas 'cicatrices parlantes', como un su día llamaron al tatuaje los mandos policiales y militares.