Tras batirse en un torneo con ladrones, asesinos profesionales y guerreros de todo el imperio, Celaena ahora deberá servir tres años como paladín oficial del rey, cobrando la sangre de sus enemigos para ganar su libertad. Pero su espíritu insumiso se debate ante la perspectiva de matar para el monarca de Endovier, de modo que pondrá en riesgo todo lo que ha aprendido a querer, al atractivo capitán de la guardia y al propio príncipe, fingiendo ir a contracorriente de quienes suscitan la rebelión en un reino tiranizado. Acechada por un mal insondable, tendrá que definir a qué le debe lealtad y aquello por lo qué esta más dispuesta a luchar: su libertad, su corazón o el destino de todo un reino