No podía respirar. Nunca me había sentido tan frío y paralizado en la vida. Fue sólo en ese momento que me di perfecta cuenta de que Rachel estaba muerta. Estaba muerta. Mi hermana estaba muerta. Nunca iba a volver. Estaba muerta para siempre, para siempre dolorida y fría y violentada y muerta muerta muerta muerta muerta muerta muerta...