La VII legión estaba formada por mercenarios galos: estos hombres defendían la frontera de Oriente del Imperio romano contra los partos.
Los partos propusieron la paz, respetando una línea fronteriza, a condición de que la legión gala regresara a su tierra. Como "regalo" de partida, cada mercenario recibiría un saco de oro.
Alix, que habla la lengua de sus padres, es enviado allí para escoltar a estos cientos de personas hacia la Galia, su país de orígen.
Pero este montón de oro, reunido todo en un carro, atraerá la codicia de los altos oficiales del ejército de César.
