La llaman la “tristeza del siglo” y ya Santa Hildegarda de Bingen, en el siglo XII, habló de la depresión y cómo curarla. En su libro de los Méritos de la Vida nos introduce en la experiencia de las visiones que tuvo sobre el estado de nuestras almas. Santa Hildegarda escenifica un espectáculo sobre nuestros pensamientos, decisiones, argumentos y sentimientos cotidianos que se representan como personajes, y entran en escena como “virtudes” y “vicios”. Santa Hildegarda trata el problema existencial de las personas que no conocen la alegría celeste, caen en el pesimismo y todo lo ven de color negro.