Si a las palabras que la gente pronuncia se las lleva el viento, a las que están impresas en papel se las lleva el fuego. O el agua, o los insectos, o las bombas, o la mera negligencia, o el violento odio de un conquistador que pretende borrar el pasado. En la obra que el lector tiene en las manos se revisa la aterradora y frecuente práctica de destrucción de libros, en ocasiones como consecuencia de una invasión o una venganza, en otras como resultado de un accidente, en algunas más como un símbolo, pues muchas hogueras de libros en realidad buscaban aniquilar a sus autores. Lucien X. Polastron recorre diversas geografías y épocas para enfrentarnos con la nefasta vocación de los hombres que pretenden silenciar las obras que hablan con sus lectores desde el papel