En su investigación, la autora nos demuestra que la ética profesional no es un tema eminentemente teórico, carente de aplicación en la vida cotidiana; al contrario, nos enseña que se trata de un conjunto de
conocimientos prácticos, que existen para ser aplicados día con día y que tienen efectos concretos y de inmensa relevancia para el bienestar de la sociedad en que vivimos.