- Editorial:
- PORRUA
- Materia:
- Filosofía
- ISBN:
- 978-970-07-4324-0
- Páginas:
- 986
ENSAYOS COMPLETOS
MICHEL DE MONTAIGNE
Por lo que concierne a Francia, Montaigne es el representante genuino del Renacentismo. Sus Ensayos constituyen ciertamente la mejor definición y todo un cumplido ejemplo de un modo literario de explicarse.
La curiosidad que trasciende en estos Ensayos es la del autor, pero es también la de todas las personas que lo rodean. Es así como la curiosidad, indiscriminada, acrecienta los motivos de la universalidad de que goza Montaigne.
La atención del autor aparece ganada por la vida y por la muerte; por las más diversas costumbres de la sociedad en general, y de cada pueblo en particular; por las pasiones humanas, juzgadas como promotoras de trites servidumbres, pero también cual venero de importantes conocimientos; por innumerables usos y hábitos, tan sencillos y rutinarios como se quiera, pero a la vez muy significativos y hasta trascendentales.
Miguel Eyquem de Montaigne y sus ´´Ensayos´´, definición
y ejemplo de un modo literario de explicarse.
Cronología
Del autor al lector
Libro Primero
I. Por medios diversos se llega a un fin semejante
II. De la tristeza
III. Nuestros afectos nos llevan más allá de nosotros mismos
IV. Cómo el alma descarga sus pasiones en objetos falsos cuando
le faltan los verdaderos
V. De si el jefe de una plaza sitiada debe salir a parlamentar
VI. Peligrosa es la hora de parlamentar
VII. Que la intención juzgue nuestros actos
VIII. De la ociosidad
IX. De los mentirosos
X. Del hablar pronto o tarde
XI. Del os pronósticos
XII. De la constancia
XIII. Ceremonia de las entrevisatas de los reyes
XIV. Puede ser castigado quien se obstina en sostener una
plaza contra razón
XV. Del castigo de la cobardía
XVI. Un rasgo de algunos embajadores
XVII. Del miedo
XVIII. No hay que juzgar de nuestra felicidad hasta después
de la muerte
XIX. Filosofar es aprender a morir
XX. De la fuerza de la imaginación
XXI. El provecho de uno va en detrimento de otro
XXII. De la costumbre, y de que no se debe cambiar con facilidad
una ley establecida
XXIII. Diversos sucesos del mismo orden
XXIV. De la pedantería
XXV. De la educación de los niños
XXVI. Es locura someter lo verdadero y lo falso al juicio
de nuestra suficiencia
XXVII. De la amistad
XXVIII. Veintinueve sonetos de Esteban de la Boëtie
XXIX. De la moderación
XXX. De los caníbales
XXXI. Sólo muy discretamente se deben juzgar las disposiciones
divinas
XXXII. Se debe huir de la voluptuosidad aun a costa de la vida
XXXIII. La fortuna sigue con frecuencia a la razón
XXXIV. Una laguna en nuestras ordenanzas
XXXV. De la costumbre de vestirse
XXXVI. Del joven Catón
XXXVII. Cómo lloramos y reímos por una misma cosa
XXXVIII. De la soledad
XXXIX. Consideraciones sobre Cicerón
XL. El gusto de los bienes y los males depende en gran parte
de la opinión que sobre ellos tenemos
XLI. Sobre si comunicar o no la propia gloria
XLII. De la desigualdad que existe entre nosotros
XLIII. De las leyes suntuarias
XLIV. Del dormir
XLV. De la batalla de Dreux
XLVI. De los nombres
XLVII. De la incertidumbre de nuestro juicio
XLVIII. De los caballos amaestrados para el combate
XLIX. De las costumbres antiguas
L. De Demócrito y Heráclito
LI. De la vanidad de las palabras
LII. De la parsimonia de los antiguos
LIII. Sobre una expresión de César
LIV. De las sutilizas vanas
LVI. De las plegarias
LVII. De la edad
Libro Segundo
I. De la inconstancia de nuestras acciones
II. De la embriaguez
III. Costumbre de la isla de Cea
IV. Los negocios, mañana
V. De la conciencia
VI. De la ejercitación
VII. De las recompensas honoríficas
VIII. Del afecto de los padres a los hijos
IX. De las armas de los partos
X. De los libros
XI. De la crueldad
XII. Apología de Raimundo Sabunde
XIII. Del juzgar de la muerte ajena
XIV. Cómo nuestro espíritu se enreda a sí mismo
XV. Cómo nuestro deseo crece con las dificultades
XVI. De la gloria
XVII. De la presunción
XVIII. Del desmentir
XIX. De la libertad de conciencia
XX. No gustamos nada puro
XXI. Cntra la holganza
XXII. De las postas
XXIII. De los malos medios empleados con buen fin
XXIV. De la grandeza romana
XXV. De la simulación de la enfermedad
XXVI. De los pulgares
XXVII. La cobardía, madre de la crueldad
XXVIII. Todas las cosas tienen su tiempo
XXIX. De la virtud
XXX. Un niño monstruoso
XXXI. De la cólera
XXXII. Defensa de Séneca y de Plutarco
XXXIII. La historia de Espurina
XXXIV. Observaciones sobre los medios de guerrear de
Julio César
XXXV. De tres mujeres buenas
XXXVI. De los hombres más excelentes
XXXVII.Del parecido de los hijos a los padres
Libro Tercero
I. De lo útil y de lo honesto
II. Del arrepentimiento
III. De tres distintos tratos
IV. De la diversión
V. Sobres unos versos de Virgilio
VI. De los coches
VII. De la incomodidad de la grandeza
VIII. Del arte de platicar
IX. De la vanidad
X. De gobernar su voluntad
XI. De los cojos
XII. De la fisonomía
XIII. De la experiencia