EL HOMBRE QUE FUE JUEVES

EL HOMBRE QUE FUE JUEVES (Libro en papel)

PESADILLA

Q. 55
IVA incluido
No disponible
Editorial:
PORRUA
Materia
Novela
ISBN:
978-970-07-2418-8
Páginas:
155

En El hombre que fue jueves encontramos, tomo en síntesis, todas las características de Chesterton: la facilidad periodística para trasladar a la calle una discusión de filosofía; la preocupación de la idea católica, simbolizada en una lámpara eclesiástica que el ``doctor Renard " descolgara de su puerta para ofrecerla a los fugitivos; el procedimiento de sorpresa y contraste empleado con regularidad y monotonía en todos los momentos críticos de la novela: como que la novela puede reducirse a siete contrastes sucesivos, a siete sorpresas que nos dan los siete personajes de primer plano.

Colores de la tierra (sobre todo los que tienden al rojo) realmente existen: la novela, como en una alucinación o verdadera pesadilla, se desarrolla sobre un fondo de crepúsculos encendidos, en un ambiente de matices y tonos que aparecen engendrados por los cabellos radiantes de ``Rosámunda ", bajo aquel cielo de azafrán, en el barrio de las casas rojas, en el jardín iluminado por farolillos de colores. El polemista tampoco podía faltar: la novela misma es una polémica: `` Syme", héroe caballeresco, casi puede considerarse . -Con una paradoja que sería muy del gusto de Chesterton como un matador de dragones, como una trasformación .moderna de la leyenda de San Jorge. Y, en fin, para que nada falte, también encontramos aquí una caricatura de la persona del autor. ¿A quién pertenecen, sino a Chesterton, esa cara enorme, esa complexión extraordinaria del ``Domingo"? ¿Porqué le da Chesterton cualidades sobrenaturales a su ``Domingo"? Porque en él incorpora su fiebre anhelosa de milagros. Cuando pinta a ``Domingo " a lomos del gigantesco elefante; se siente que le tiene envidia: o mejor, que él -Chesterton- goza al describir aquella escena cómo si hiciera recuerdos personales. ¿Recuerdos? Sin duda: recuerdos de lo que nunca ha pasado, pero que está. simplemente, en la prolongación dé la propia conducta. Si Chesterton se atreviera -no me cabe duda- andaría paseando por Londres, por Albany Street, por Piccadilly, a lomos del elefante del jardín zoológico, Chesterton trata la personafísica de ``Domingo " con un amor de autorretrato. La acaricia, la plasma, hasta, que la deja redonda, redonda y, elástica, redonda y ligera, como un balón, como un globo. ``Domingo ", al igual que Chesterton, está lleno de la alegría de rodar y de rebotar, Y se ha advertido este amor (este ``amor propio") de Chesterton por los gigantescos que figuran en dos o tres de sus mejores novelas.

El hombre que fue Jueves es una novela policíaca, pero una novela policiaco-metafísica-verdadera sublimación del género. Otro tanto pudiera decirse de todas las novelas de Chesterton, con excepción del pequeño ciclo del ``Padre Brown ". El perseguidor y el perseguido cobran una significación inesperada, hasta convertirse en principios eternos del universo. Pero, por fortuna, nunca se pierde, por entré el laberinto de episodios más, o menos simbólicos -simbólicos siempre, este sentimiento humorístico que legitima la introducción de elementos inverosímiles en el relato, y que permite al autor saltar fantásticamente del suceso humilde al comentario trascendental, sin perder el ritmo del buen humor.

Otros libros del autor