- Editorial:
- GRUPO AMANUENSE
- Materia:
- Novela guatemalteca
- ISBN:
- 978-9929-786-12-7
- Páginas:
- 287
DE BUENAS INTENCIONES
PAREDES, ALVARO
Quisimos cambiar. Queremos cambiar. Debemos cambiar. Pero, ¿qué tanto y cómo lo hemos logrado?
Esta novela aborda un momento trascendental en la historia moderna de Guatemala, el periodo presidencial de Árbenz, narrado desde la perspectiva de dos personajes de la sociedad civil chapina. Posturas políticas enfrentadas, acciones rodeadas por deseos bienintencionados y hechos opacos, desinformación y la confusión, fueron las marcas que las definieron esa época.
En esta secuela de ¿Íbamos bien? (2019) se extiende una hipótesis interesante sobre el desarrollo económico, político y social de la nación, la cual se resume en el propio título de la obra.
Esta novela está lejos de ser nostálgica o costumbrista, mucho menos oficialista. Es una invitación provocadora al lector para que, a partir de su lectura y reflexión, logre construir conclusiones personales sobre el devenir del país, donde nadie en la clase política guatemalteca tiene la verdad única, aunque todos proclaman poseerla.
Quisimos cambiar. Queremos cambiar. Debemos cambiar. Pero, ¿qué tanto y cómo lo hemos logrado?
Esta novela aborda un momento trascendental en la historia moderna de Guatemala, el periodo presidencial de Árbenz, narrado desde la perspectiva de dos personajes de la sociedad civil chapina. Posturas políticas enfrentadas, acciones rodeadas por deseos bienintencionados y hechos opacos, desinformación y la confusión, fueron las marcas que las definieron esa época.
En esta secuela de ¿Íbamos bien? (2019) se extiende una hipótesis interesante sobre el desarrollo económico, político y social de la nación, la cual se resume en el propio título de la obra.
Esta novela está lejos de ser nostálgica o costumbrista, mucho menos oficialista. Es una invitación provocadora al lector para que, a partir de su lectura y reflexión, logre construir conclusiones personales sobre el devenir del país, donde nadie en la clase política guatemalteca tiene la verdad única, aunque todos proclaman poseerla.