Gracias a los grandes y pequeños datos –analíticas, algoritmos–, somos capaces de conocer fielmente las necesidades y aspiraciones de los consumidores. Si sabemos utilizar bien estos datos, podremos entender cómo debemos establecer una buena relación con nuestro cliente/consumidor.
La empresa del futuro acompaña al cliente en su recorrido de compra –antes, durante y después-, e interviene en cada una de estas fases creando cuantos puntos de contacto sean necesarios para facilitarle un buen proceso de compra.
Los pasos siguientes de las empresas pasan por la preparación de la propuesta de valor, mejorar nuestro producto, oferta, precio y otras ventajas competitivas para conseguir fidelizar al cliente/consumidor.
De este modo, las empresas del futuro, sea cual sea su nivel de robotización, solo serán sostenibles si se convierten en centros de innovación que acompañan a los clientes en su recorrido de compra. Desaparecerán las fronteras entre las marcas de fabricantes y las de los distribuidores, buscando cada una la mejor posición en la cadena de valor. Y aunque perderán una parte del poder de negociación actual, los nuevos modelos de ingresos les permitirán obtener más beneficios participando en muchos más negocios.