La autora incursiona nuevamente en el Naturalismo. Recurre a la Psicología de los personales, para denunciar los defectos, vicios y flaquezas de la época. Se vale de la novela para describir con valentía, sin embarges ni temores, la superficial sociedad guatemalteca -la creme- de finales del siglo XIX que, creyéndose de altas costumbres, se sume enla ignorancia, la hipocresía y la adulación. Pinta esa sociedad como "un perpetuo carnaval, inmenso baile de máscaras, donde los labios ríen cuando el corazón muere" Agrega: "El que vive en sociedad tiene que disimular, por no turbar el placer de sus amigos". Y pregunta: "¿Qué importa a los que gozan, la cruel amargura de los que sufren?" En singular estilo, defiende su género critiando la vida de las mujeres guatemalteacas: hija sometida, novia dentro de cuatro paredes, esposa sumisa y ama de casa esclava o, en su defecto, amargada solterona encargada del servicio del hogar, si no ha podido o querido dulcificar su vida como Hermana de la Caridad o esposa de Nuestro Señor. Contrasta ese mundo con el de oportunidades, vicios y libetinaje en que está envuelto el género opuesto, renuente a asumir sus ingentes responsabilidades. Busca, en HORTENSIA, que la mujer vea sus debilidades muchas veces alimentadas con misterios, engaños o la malévola astucia, y conduce a pensar que el trato digno, justo e igualitario debe ser consquistado a través de la educación, dejando atrás lo vano y superficial. Tales objetivos pueden alcanzarse con fortaleza y sin timidez alguna. Dedicamos esta edición a la mujer guatemalteca del siglo XXI, que podrá apreciar si ha habido adelanto en este largo camino.