La noche del verano del 12 de Junio del año 2014 , tres adolescentes israelíes regresando a casa después de sus estudios religiosos son secuestrados por terroristas árabes palestinos en una parada de bus en el área conocida históricamente como Judea y Samaria cuna histórica de la cultura Hebrea. El acontecimiento convulsiono a un país cansado de la espiral de violencia y engaño. La angustia de sus padres, la preocupación de la sociedad israelí, la comunidad Judía internacional y un estado movilizando a todo su ejército con el único objetivo de encontrarlos con vida; fueron una muestra del sufrimiento de nuestro pueblo en esta parte del mundo. Esa noche y los siguientes dos meses representan una parte de la tragedia de nuestra historia: La paz tan deseada que solo se mira en la distancia a pesar de todos los esfuerzos por lograrla. La guerra en Gaza que siguió a este evento demostró otra cara de los enemigos de la paz, el extremista Gazatie: no le importa sacrificar a su mismo pueblo y usarlo como escudo humano mientras su cúpula de gobierno y comodidad mantenga su statu quo. Aprovechándose de la inocencia de las múltiples agencias de ayuda internacional, HAMAS ha logrado usar estas plataformas para atacar a Israel desde cualquier punto de vista, militar, diplomático y cultural.
La tenacidad de la sociedad israelí y la comunidad Judía internacional también demostró que el bien prevalecerá sobre la maldad, la justicia contra el transgresor y que después de 2000 años de no tener patria regresamos para quedarnos allí por siempre.