Entre ecos y sombras se deslizan las figuras del misterio surgidas de consejas y leyendas milenarias. "La llorona" "Los penitentes" o "Las ánimas benditas" recorren calles empedradas y esquinas sigilosas de una ciudad en penumbra. A veces no dejan dormir, pero persisten en la memoria colectiva y nos conmueven, vívidas y vibrantes, por el hechizo de sus palabras.